martes, 29 de julio de 2008

"POR ALUSIONES" POR JORDI PUJOL


"Negarse a publicar las balanzas fiscales ha sido un acto de ocultación y de carencia de transparencia"

He recibido varias llamadas de personas de fuera de Catalunya. De Madrid, especialmente, pero también de Asturias, de Andalucía, etcétera. Manifiestan sorpresa por la tensión que hay entre Catalunya y el resto de España, a propósito del Estatuto y sobre todo, ahora, del tema de la financiación. Lo hacen con una mezcla de sorpresa y de disgusto. Y a menudo me dicen "le echamos en falta". Y encadenan todo aquello de "usted sí que era un hombre de Estado". Este tipo de comentario lo he oído durante los últimos años. Y no me complace. Es más, en cierto sentido me irrita. Porque como es lógico, en mi fuero interno pienso - y a menudo lo expreso- que si realmente piensan esto podían haber tenido conmigo, y con lo que yo representaba - sobre todo Catalunya- un trato y una actuación distintos. Y no dejar que a diestro y siniestro se propagara la idea de que "Pujol lo quiere todo". Y que "los catalanes son insaciables" o "son insolidarios". Pero públicamente no he comentado nada sobre esto. No he expresado mi disgusto. Hoy voy a hacerlo. Me empuja a hacerlo la creciente agresividad política y mediática que observo fuera de Catalunya, y - como gota que colma el vaso- las declaraciones que ayer oí de Griñán, hombre importante del PSOE, en España y en Andalucía. Leo que dice que "echa de menos a un Pujol en el tripartito, con cintura política y capaz de negociar con Madrid y de alcanzar acuerdos." Todo esto aliñado con acusaciones de "deslealtad" contra el conseller Castells y de estar conchabado con la derecha. No, Castells no está con la derecha, está con Catalunya y con la equidad, y esperemos que sea capaz de resistir la presión y lo siga estando. Es de suponer que esta poca elegante utilización de mi nombre es fundamentalmente un dardo envenenado contra Castells y contra el president Montilla, y a través de esto contra la fortaleza de la posición negociadora catalana. En todo caso, lo que puede parecer un elogio a mi persona no creo que sea sincero y no lo agradezco. No voy a entrar a fondo en la historia de estos últimos más de 25 años de discusión sobre la financiación autonómica. Sólo quiero recordar dos hechos interrelacionados: por una parte, la negativa - fuese cual fuese el color del gobierno- a publicar las balanzas fiscales, y por otra, la sistemática presentación de Catalunya como un país insolidario. En estos dos hechos ha participado mucha gente responsable, y muy responsable, de diversos sectores políticos y mediáticos españoles, de derechas y de izquierdas. Finalmente, al cabo de 25 años de reclamarlas, las balanzas se han publicado. Y el resultado es indiscutible: Catalunya aporta no menos del 9% de su producto interior bruto al resto de España. He trabajado durante bastantes años y en un alto nivel en el tema regional europeo y puedo afirmar que una aportación de esta magnitud al resto del Estado es totalmente excepcional. Puedo afirmar que en países que han hecho una política generosa y eficaz de equilibrio territorial y de desarrollo generalizado nadie hace una aportación de este calibre ni nadie por ello retrocede hasta cinco puestos en el ranking de la renta por cápita. Y en cuanto a ingresos nadie se sitúa por debajo de la media estatal. Y ningún Estado lleva las cosas al extremo de que zonas que contribuyen al fondo solidario corran el riesgo de perder competitividad, dentro y sobre todo fuera del Estado. Pero hay más: negarse a publicar las balanzas fiscales ha sido un acto de ocultación y de carencia de transparencia. Y por consiguiente de carencia democrática. Y es un argumento absurdo - que sería ridículo si no fuese un intento de crear confusión en un tema tan delicado- decir que esto es un ejercicio puramente académico que para nada hay que tener en cuenta cuando se discute la financiación autonómica. ¿O es que una mala financiación no contribuye también al déficit fiscal? O imaginemos que unos competentes profesores universitarios - académicos por consiguiente- por encargo del gobierno hacen un estudio que demuestra que las aportaciones a la Seguridad Social para el futuro pago de las pensiones es deficitaria, y que por consiguiente hay que incrementarlas, ¿se dirá que esto no tiene importancia porque es un estudio académico?, ¿que no hay que hacer caso de él? En todo caso hay que preguntarse: ¿se puede drenar sistemáticamente casi el 10% del PIB de un país y esperar que sea competitivo y - tan o más importante- que pueda mantener el nivel necesario de sus servicios sociales, de la atención a su gente? Llevo sobre mis espaldas mucha experiencia de lo que es este tipo de negociaciones. Y por consiguiente estoy en condiciones de advertir algo nuevo en lo actualmente en curso. En primer lugar, finalmente se han publicado las balanzas fiscales. A regañadientes y diciendo que no hay que tenerlas en cuenta. Y son contundentes. ¿Se seguirá hablando de la insolidaridad catalana? En segundo lugar, la acumulación de déficit hace que el riesgo de involución social en Catalunya, y también el de pérdida de competitividad, sea más evidente que nunca. Y ello ha movilizado a la sociedad catalana con mayor energía que nunca. En tercer lugar, nunca había habido sobre este particular tanta unidad de las fuerzas políticas catalanas. Yo no tuve nunca tanto apoyo político, porque la oposición - entonces sobre todo el PSC, pero también el PP- no tuvo la reacción positiva, de bien común e interés general que ahora tienen sobre todo Mas y CiU. Y ha habido más cambios, en la realidad y en la percepción de las cosas. Como decía una viñeta de La Vanguardia,ahora ya el problema no es sólo la financiación. Es que a través de esto, de la forma como se ha tratado el tema desde fuera, desde Madrid y en general desde el resto de España, Catalunya tiene una muy arraigada sensación de falta de respeto y consideración, de engaño sistemático. Ahí está la raíz de lo que el president Montilla llamó el riesgo del desafecto de Catalunya respecto a España. Una última reflexión. Es cierto que personalmente y también CiU durante 30 años hemos procurado no sólo ser solidarios - que lo hemos sido- , sino actuar positivamente en el conjunto de España. Es cierto que hemos contribuido de una forma importante a lo que dimos en llamar la estabilidad, la gobernabilidad y la continuidad en lo esencial de la política y de la economía de España. Es cierto que nos complacería que esto fuese reconocido a Catalunya y no oculto que a mí mismo. Que se nos tratara con objetividad y justicia. Pero por lo menos en lo personal una cosa quiero dejar clara: agradeceré que no me utilicen.
J. PUJOL, ex president de la Generalitat de Catalunya
PUBLICADO EN La Vanguardia, 29,07,08

lunes, 28 de julio de 2008

ANALISIS DEL MANIFIESTO MONOLINGÜISTA

Lluís de Yzaguirre (La Vanguardia 28-7-08)
El manifiesto hace gala notoria de ignorancia de la historia y la sociología o de un cinismo inagotable Este análisis quiere orientar a las personas de buena fe que se hayan alarmado por el manifiesto reciente sobre una entidad metafísica llamada "lengua común". Desgraciadamente, los redactores del manifiesto no consultaron ni a lingüistas ni a expertos en legislación sobre derechos lingüísticos, para evitar la mayoría de las insensateces que proclaman. Aquí intentaremos demostrar la falsedad de alguna de las premisas en que se basa el manifiesto, la gratuidad de las otras y la perversidad de sus conclusiones. Empecemos por opiniones gratuitas y acientíficas: Afirmando que imponer la lengua de una de las naciones españolas a las otras es una riqueza para la democracia, cuestionan la democracia de Suiza, Canadá o Finlandia, que, a diferencia de España, no discriminan a sus ciudadanos en derechos o deberes lingüísticos. El concepto de lengua común es un acto de fe sin relación con la ciencia; la lengua común de un catalán de Barcelona, uno de Perpiñán y otro de Cerdeña es el catalán, por encima de fronteras políticas. En contra de lo que afirma el manifiesto, que se nos obligue a defendernos en los tribunales, a participar en la vida política, etcétera, en castellano es una clara injusticia para los que no formamos parte de la comunidad de hablantes nativos del castellano, ya que nos encontramos siempre en inferioridad. Pero el manifiesto no se limita a presentar opiniones discutibles como premisas pseudocientíficas: además hace gala notoria de ignorancia de la historia y la sociología o de un cinismo inagotable: Confundir la persecución (incluidos prisión y asesinatos) gracias a la cual se ha implantado el castellano fuera de su dominio con arraigo histórico no tiene perdón. Decir que la protección de las demás lenguas españolas se ha cumplido sobradamente es un insulto a los hablantes del aragonés y del asturiano. Hablar de discriminación de los monolingües porque ya no ejercen el monopolio contradice la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias (CELRoM), en su artículo 7.2. El resto de las premisas del manifiesto son falacias contrarias a la ciencia o a los estándares internacionales en derechos lingüísticos. Decir que las lenguas no tienen territorio contradice: Dos siglos de investigación geolingüística. Una publicación tan poco sospechosa como la Britannica define la dialectología (que traza fronteras lingüísticas en los atlas lingüísticos) como geografía lingüística (del griego "tierra") La legislación proteccionista que España ha incorporado a su ordenamiento constitucional, como la CELRoM, o diversos acuerdos mundiales, que basan la mayoría de sus medidas en la delimitación territorial de las lenguas (v. g. lenguas regionales); en el caso de la CELRoM distingue entre lenguas territoriales y no territoriales. Negar los derechos de las lenguas por la ignorancia de la metonimia que implica se puede aceptar, pero negar la existencia de derechos colectivos, como los de las comunidades lingüísticas, es negar todos los progresos del derecho internacional del siglo XX. Partir de premisas falsas es el mejor método para llegar a conclusiones erróneas, como transmitir la imagen de que el monolingüismo es un estado deseable cuando lo natural en los humanos es aprender sin esfuerzo la lengua del entorno. Los estudios que contrastan habilidades intelectuales entre monolingües y políglotas evidencian que el conocimiento de lenguas es beneficioso. Un estudio reciente sobre la aparición de la senilidad en función del conocimiento de lenguas prueba que los bilingües retrasan cuatro años el deterioro senil respecto a los monolingües. Los padres que desean que sus hijos sean monolingües, como los que no quieren que cursen educación para la ciudadanía, como los padres musulmanes que prohíben a sus hijas hacer educación física, no son menos fundamentalistas que los testigos de Jehová que no quieren que a sus hijos se les practiquen transfusiones. Finalmente, y con relación a las propuestas políticas, si se obstinan en su propósito, además de cambiar la Constitución y desmantelar toda la legislación del estado de las autonomías (estatutos, leyes varias...), tendrán que conseguir que España denuncie varios tratados internacionales; Pero es de esperar que encuentren una respuesta decidida del Gobierno que, junto a los otros estados que han ratificado la CELRoM, se comprometen a fomentar, por medio de medidas apropiadas, la comprensión mutua entre todos.
LL. DE YZAGUIRRE , Universitat Pompeu Fabra

lunes, 21 de julio de 2008

BALANZAS FISCALES

Mi amigo extremeño y las balanzas

Agárrense bien: casi un cuarto del total de la población trabajadora extremeña depende directamente de las arcas públicas, hasta llegar a 82 funcionarios o asimilados por cada 1.000 personas


Francesc-Marc Álvaro - en La Vanguardia 21-7-08

La publicación de las balanzas fiscales por parte del Gobierno español es un hecho histórico que tendrá consecuencias, por mucho que Zapatero y Solbes le hayan querido dar un tono menor y administrativo, casi clandestino. Si hemos tenido que esperar años para conocerlas, no ha sido por casualidad. Por vez primera, el poder central del Estado certifica el enorme déficit fiscal de Catalunya. Hablamos del 8,7 del PIB en el año 2005, según los papeles recitados por Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda, lo cual significa que cada ciudadano catalán deja de tener en su cartera 2.116 euros anuales que son suyos. Recordemos que las cifras elaboradas por la Conselleria d´Economia de la Generalitat, con el concurso de reconocidos expertos, arrojan un déficit del 9,8 del PIB, cerca de 2.400 euros por persona y año. Sea como fuere, trescientos euros arriba o abajo en cada bolsillo, lo innegable es que, hace tres años, Catalunya aportó a las arcas generales del Estado entre 10.857 y 14.807 millones más de los que recibió. Y esto se viene repitiendo desde la creación del Estado de las autonomías. Si la solidaridad perjudica objetivamente a quien la practica, es que el sistema que tenemos no es justo. Y las situaciones injustas acaban siendo insostenibles y, si no se arreglan, estallan. Ningún catalán, vote al partido que vote, puede entender que una solidaridad mal calculada le acabe empobreciendo y colocando por detrás de aquellos a los que ayuda. Después del proceso distributivo entre comunidades ricas y pobres, Catalunya pasa a la novena posición, tomando como indicador la renta por habitante en poder de compra. A los ciudadanos baleares (déficit del 14,2% del PIB) y valencianos (déficit del 6,3% del PIB) les ocurre lo mismo. El caso de la Comunidad de Madrid, como ya escribió en estas páginas el profesor López Casasnovas, no puede leerse del mismo modo, a menos que nos traguemos la trampa basada en repartir entre todos los ciudadanos de las Españas el fuerte gasto que la Administración central realiza en la capital del Estado. Comento estos datos con un amigo extremeño. Él no acepta las balanzas fiscales y, además, se enfada. Cuando califico de expolio lo que ocurre con los recursos de Baleares, Valencia y Catalunya todavía se enciende más, hasta el punto de acusar a los catalanes de lo de siempre: "Sois la avaricia en estado puro". Mi amigo ve hundirse su mundo confortable e insiste en la obligación que tienen las zonas ricas de arrimar el hombro sin recorrer a lo que él llama "excusas". Mi amigo extremeño es funcionario, uno de los muchos de su autonomía. Tal como explica un completo estudio encargado por la patronal Pimec con datos del periodo 2004-2008, resulta que el empleo público representa en Extremadura el 22,7% del total de asalariados. ¿Conocían ustedes tal fenómeno? Agárrense bien: casi un cuarto del total de la población trabajadora extremeña depende directamente de las arcas públicas, hasta llegar a 82 funcionarios o asimilados por cada 1.000 personas. Le digo a mi amigo que esta situación es un escándalo monumental, sobre todo porque estamos en el 2008 y no en 1988, cuando podía justificarse este porcentaje aludiendo al atraso histórico de la región. Ahora, le remarco, se trata de un lastre para el desarrollo de la gente y de una forma obscena de sostener el clientelismo partidista. En la familia de mi amigo, son tres los sueldos que provienen de papá Estado. En Catalunya, la cifra de empleo público representa sólo el 8% mientras en Baleares es del 9,9% y en Valencia del 10,1%. Por detrás de Extremadura, la España con más empleados públicos es Castilla y León (16,1%), Castilla-La Mancha (15,4%), Andalucía (15,3%) y Aragón (14,5%). Desde este mapa tan ilustrativo se puede contextualizar perfectamente la cínica reacción del presidente de Extremadura, Fernández Vara, quien ha declarado: "No reconozco las balanzas fiscales porque surgen de una idea de España que no tiene cabida en la Constitución". Tal vez se refiere a esa idea, tan bella y evangélica, de dar una caña y enseñar a pescar en lugar de regalar pescado al que no lo tiene. Comprendo que, cuando se dispone del 22,7% de funcionarios (con los votos fieles que eso representa), tal ejemplo de meritocracia elemental sea revolucionario. Aquí tenemos, pues, la cruda realidad que explica las enormes dificultades con que se enfrenta la Generalitat a la hora de negociar la financiación autonómica, asunto clave que Solbes ha concretado penosamente la pasada semana, para alarma de los indígenas. Tengo un momento de pitoniso, ustedes perdonen. El vicepresidente económico cederá poco y por ello, ahora, le conviene remarcar una propuesta impresentable para que, finalmente, lo ínfimo acordado parezca - dentro de unos meses- algo gigantesco y digno de que Montilla lo venda como "el mejor sistema de financiación de la historia", según dijo en La Vanguardia. Ayer, Zapatero, cerrando el congreso del PSC, ya preparó el terreno del camelo. Ojalá me equivoque en mi augurio. La única duda que tengo, a fecha de hoy, es sobre el conseller Castells: ¿participará de la comedia o se plantará de verdad cuando el timo sea incompatible con su prestigio académico? Para que vayan calibrando lo que ocurrirá, si no se consigue lo que marca el Estatut sobre la financiación y si las balanzas fiscales no se tienen en cuenta, les daré un único dato: Catalunya acoge casi el 25% de los inmigrantes residentes en España y, además, concentra el 23% de entradas. Sin recursos públicos, ni la escuela, ni la sanidad, ni la seguridad funcionarán. Con la crisis y el paro al alza, el riesgo es todavía mayor. Urge que alguien encabece la batalla y lidere la respuesta colectiva, para que, al menos, los catalanes no seamos confundidos con un felpudo.

domingo, 20 de julio de 2008

Y HAY ALGUNA LENGUA EN PELIGRO, SERÍA EL CATALÁN

"Si hay alguna lengua en peligro, sería el catalán"
El catedrático de Historia apuesta por la sensatez ante la polémica por el Manifiesto por la lengua común

Pedro Vallín Madrid 20/07/2008 En La Vanguardia

Posee José Álvarez Junco, leridano catedrático de Historia de la Universidad Complutense, y miembro del Consejo de Estado, un verbo vibrante. Racionalista y antinacionalista confeso - con tanta prevención ante quienes se envuelven en banderas autonómicas como estatales-, apuesta por la sensatez como bálsamo frente a polémicas simbólicas como la abierta con el Manifiesto por la lengua común.
Los impulsores del ´Manifiesto´ presumen de su redacción "higiénica" y una vocación inocua, de respeto a todas las lenguas. El texto no es lo importante, sino la intención que hay detrás. Quiere ser una voz de alarma, como si hubiera razones para preocuparse, lo cual se contradice en el propio Manifiesto,que subraya la condición de tercera lengua planetaria y la importancia creciente del castellano. Una de dos. Comprendo que en Catalunya el Manifiesto suscite alarma y se vea como una agresión. Pero lo que en Catalunya no se entiende es que entre los castellanohablantes también existe una alarma parecida por la salud del español en Catalunya. Se trata en ambos casos de una percepción falsa, pero más claramente en el caso del castellano, porque si alguna de las lenguas está en peligro, aunque yo no lo creo, esa sería el catalán. ¿Son angustias falsas? El público no vive el problema de la lengua como una cuestión grave. Hay una convivencia pacífica de las dos lenguas. Entonces, ¿se trata de un problema creado por los políticos y los medios de comunicación? Sobre todo la clase política. A veces se explota este asunto para defender posiciones relacionadas con las competencias o la financiación de esas entidades etéreas y sagradas, llámense Catalunya o España. Juegan con fuego, porque algún día puede llegar a crearse un problema real. El ´Manifiesto´ parte del presupuesto de que ese problema ya existe. Lo que hace es percibir la protección como agresión. ¿Cómo? Al contraponer una lengua hablada por 400 millones de personas frente a una lengua hablada por unos pocos millones, está claro cuál es la que corre mayor riesgo de desaparecer. Entonces, se decide una política discriminatoria con esa lengua minoritaria, como se hacen políticas discriminatorias para impulsar la igualdad de la mujer. Es lo natural. Es cierto que esas políticas a veces producen absurdos o son percibidas como atropellos y dan lugar a una reacción por la otra parte en clave de sueños jacobinos. El ´Manifiesto´ es un ejemplo de reacción jacobina, pero ¿a qué se refiere con los "absurdos"? Los nacionalismos, incluido el español, son ideologías en general homogeneizadoras y expansivas, porque aspiran a erradicar de una sociedad el resto de las memorias. Cuando se dice que en Madrid el españolismo habla de España como una realidad singular, y no plural, es cierto, pero ocurre igual con los catalanistas en Catalunya. Fíjese si no en las críticas al president Montilla por no hablar un catalán pata negra.Es un claro ejemplo de esa voluntad homogeneizadora y, por tanto, discriminatoria. La cúpula del PP lo ha firmado, pero no parecen entusiasmados con hacer causa de él en el Parlamento. Incluso Alícia Sánchez-Camacho ha dicho que no cree necesario firmarlo. Se trata de un indicio del giro del PP hacia posiciones más centristas. El PP ha aprendido que una de las causas de su derrota es el voto catalán. Saben que deben combatir la imagen de anticatalanismo a cualquier precio. Pero los impulsores del ´Manifiesto´ piden, específicamente, medidas legislativas. Sí, y no sólo. Se atreven a insinuar que habría que reformar la Constitución; ¡ellos, que se reivindican como principales defensores de la Carta Magna!

martes, 15 de julio de 2008

INICIATIVA EN VIA MUERTA

INICIATIVA EN VÍA MUERTA SEGUN PUBLICA LA VANGUARDIA (C. SEN)

Fracasa el intento de involucrar a los países iberoamericanos en el ´Manifiesto´
C. Sen

Los países iberoamericanos no se van a sumar al Manifiesto por la lengua común,pese a los movimientos que se produjeron la semana pasada intentando involucrar a sus legaciones en España en una acción paralela a la que promueve el citado documento. Las fuentes diplomáticas consultadas explicaron ayer que el embajador de Colombia en España, Carlos Rodado, ha decidido congelar una idea que nunca pasó de mero esbozo, pese a la altisonante publicidad que le dieron algunos medios de comunicación madrileños. Se había barajado la posibilidad de un texto de adhesión al citado Manifiesto,en el que se cuestiona severamente la política lingüística que se practica en Catalunya. La iniciativa ha sido congelada al comprobarse la fuerte orientación política del documento. De esta manera, los impulsores del Manifiesto - intelectuales, profesores y periodistas, algunos de ellos vinculados al partido Unión Progreso y Democracia (UPyD), más varios medios de comunicación capitalinos-, se han quedado sin dos apoyos de envergadura: la Real Academia Española (RAE) - que se ha negado a suscribir el documento- y los representantes diplomáticos en Madrid de la gran mayoría de hispanohablantes en el mundo. Pese a que la semana pasada parecía que podía cuajar un movimiento de adhesión, el Gobierno observó la iniciativa con calma. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, consideraron desde el primer momento que los diplomáticos iberoamericanos no iban a dar un paso en falso, comprometiendo su firma y el nombre de sus países en una iniciativa de fuerte calado político, para nada ajena a la fuerte competición mediática que reina en la plaza de Madrid. /

15-07-08 la vang-

GIMFERRER RECUERDA UNA CARTA DE LA RAE

UN PRECEDENTE
En 1994, la RAE dirigió al presidente del gobierno una carta contra la normalización lingüística que Gimferrer recuerda: "Era un texto propio de la Academia porque no hay tradición de adherirse a documentos ya existentes. Cinco académicos manifestamos nuestro punto de vista discrepante. Martín de Riquer, Camilo José Cela, Francisco Rico, Gonzalo Torrente Ballester y yo mismo firmamos una nota contraria que podría suscribir perfectamente hoy y que parece una réplica al manifiesto actual".
La nota decía:
"1. Todas las lenguas que se hablan y escriben en España merecen respeto tanto en su difusión como en su enseñanza. 2. Por razones históricas y legales las diferentes comunidades que integran España se comunican entre sí en lengua castellana o española, que no puede ser ignorada por ningún español. No observamos síntomas que permitan sospechar que socialmente esta situación pueda cambiar. 3. La cordialidad, la convivencia y la mutua comprensión entre todos los españoles han de imponerse a cualquier actitud política, que desde un lado o de otro intente dañarlas. 4. El cultivo, el impulso y la propagación y la enseñanza a todos los niveles de las diversas lenguas que se hablan en España en modo alguno pueden ni deben interpretarse como un menoscabo para la lengua castellana o española".

15-07-08

LA LENGUA CATALANA ES PARTE DEL PATRIMONIO ESPAÑOL

Reacciones al "Manifiesto por la lengua común"

"La lengua catalana también es parte del patrimonio español"

ENTREVISTA a Pere Gimferrer, escritor, miembro de la Real Academia Española
XAVI AYÉN - Barcelona


UNA CARENCIA "El manifiesto no tiene lingüistas, sólo dos entre 100.000 firmantes"
UNA PROPUESTA "Sería interesante publicar una lista de los intelectuales que no hemos firmado"Pere Gimferrer, miembro de la Real Academia Española - y autor de veinte libros en catalán, quince en castellano francés- dice que "jamás el manifiesto por la lengua común" que promueven personas afines al partido de Rosa Díez y diversos intelectuales.
En su despacho de la editorial Seix Barral, expone sus razones.
¿Cuál fue su primera reacción al ver el manifiesto? Leí la lista de los primeros firmantes, y vi que no había un solo lingüista entre ellos. En el momento actual, en el que afirman tener ya 100.000 firmantes, hay sólo dos. Y, en este asunto, su opinión es la más valiosa. Evoqué también varios momentos. El más antiguo se produjo en 1981, en las páginas de La Vanguardia, donde Jaime Gil de Biedma publicó un artículo sobre el manifiesto de los 2.300, cuya relectura sigue siendo recomendable. Él dijo ahí que el interés general era "la pacífica convivencia de todos los catalanes" en "un país donde nadie es más que nadie y ninguna de las dos lenguas es más que la otra". ¿En qué más pensó? En un libro muy reciente del lingüista madrileño Juan Carlos Moreno Cabrera, El nacionalismo lingüístico, una ideología destructiva (Península), que se refiere a ese nacionalismo lingüístico que identifica la unidad de España con la lengua castellana, idea latente en el manifiesto pero contraria a los hechos, no tienen nada que ver, hemos tenido incluso reyes que hablaban otros idiomas. O en Mater dolorosa de José Álvarez Junco, libro sobre la idea de España aplaudido y premiado pero no sé hasta qué punto comprendido. Y recordé una frase de Américo Castro: "La historia de España es la historia de una inseguridad". No sé si todos los firmantes conocen estos textos. ¿Qué tradición intelectual española estaría en la línea opuesta a la de los firmantes? El discurso de Marcelino Menéndez Pelayo en los Juegos Florales de la Exposición Universal de 1888 en Barcelona fue, ante la reina regente, en catalán, una lengua, afirmó, "no forastera ni exótica, sino española y limpia de toda mancha de bastardía". ¿Esas ideas son un punto de vista extendido? Cualquier lengua española es parte del patrimonio español. En Santiago de Cuba, en una ocasión, Juan Ramón Jiménez, al oír por la radio a la Escolania de Montserrat cantando La mort de l´escolà se puso a llorar y dijo: "Y que yo tenga que estar en esta cárcel que es estar fuera de España". Para él, España era aquella canción en catalán. ¿Cree que el castellano está discriminado? No me corresponde entrar en ello pero ahí están las cifras con la proporción de ejemplares difundidos de prensa y de libros en los dos idiomas, por no hablar del mundo audiovisual. ¿Qué cambios ve en el uso del catalán en la vida cotidiana? Todo depende de la perspectiva. Cuando Ramon Xirau volvió desde su exilio a la Barcelona de la transición, exclamó: "¡Cuánta gente hablando castellano!". Pero otros valoran que hoy todo el mundo entiende el catalán. El manifiesto lo firma gente de prestigio: académicos, Vargas Llosa, Pombo, Azúa... Mi discrepancia no afecta a las relaciones de amistad. Sería muy interesante publicar una lista de quienes no han firmado. Me refiero a nombres de significación semejante que no han querido firmar, sin contar a los que al principio firmaron pero ahora han pedido que se retire su nombre. Hay más de veinte académicos que no lo hemos firmado, por ejemplo. Y la junta de gobierno de la RAE ha reafirmado por unanimidad la postura del director de no implicarse institucionalmente en esto. El manifiesto sitúa al castellano en una jerarquía superior al catalán. ¿Qué le parece? Lo que piden es el derecho a no saber una lengua distinta del castellano. No sé si la ignorancia es sujeto de derecho. No hay lenguas superiores a otras, el francés no es superior a ninguna otra lengua porque haya dado a Proust, el alemán no es inferior porque el nazismo se haya expresado a través suyo. Cada lengua tiene lo que tiene. ¿Le preocupa la reproducción cíclica de este debate? Ya no. Mi impresión es que se irá encauzando por la vía política, que es su ámbito natural.

lunes, 14 de julio de 2008

MODERACION, AZÚA, MODERACION

La vang 14-07-08

Antoni Puigverd contesta a Félix de Azúa:

Siento cansar al lector hablando de nuevo del espinoso tema de las lenguas. Creía haber matizado suficientemente mi posición, pero parece que no lo he conseguido. Félix de Azúa, firmante del manifiesto, me sitúa (El País,10/ IV/ 2008) entre las mesnadas del tambor del Bruc mediático.Dice que, en lugar de pensar, le damos al trabuco. Mi prestigioso crítico no tiene un solo recuerdo para los excesos de los articulistas que han dado su apoyo al Manifiesto con argumentos tan agresivos que hielan el corazón, y desde medios en los que la disidencia es inexistente y abunda una desacomplejada catalanofobia (cuyo equivalente antagónico en Catalunya, la hispanofobia, he denunciado yo muchas veces, a pesar de que, por peso histórico, no puede compararse con lo que ya Quevedo cultivó: "Es el catalán el ladrón de tres brazos"). Un ejemplo: le pone "los pelos de punta" que Jordi Pujol llame a "combatir (...) sin miedo y sin respeto para quien no nos respeta", pero sus pelos no se quieren enterar de lo que afirmó De Cospedal: "Nos partiremos la cara por el castellano". Nunca he entendido este juego: colocar lupas sobre errores, excesos y peligros catalanes e ignorar por sistema errores, excesos y peligros de cierto españolismo, cuyos pecados históricos, siendo enormes, deberían mantener en guardia el sentido crítico de los intelectuales. Más sorprendente es la repentina conversión al victimismo: cuando lo practicaba Pujol, ¿no era risible? Dice Azúa que tendrá que refugiarse en masías de consellers. Yo no abrillanto mis argumentos con melancolía de perseguido, aunque, como todos los que escribimos, recibo insultos y amenazas. De ambos extremos, por cierto. Gajes del oficio. Cosa aparte es el País Vasco, donde matan al disidente. De ahí el profundo respeto que me produce la figura de Fernando Savater, diga lo que diga. Idéntico respeto me producen las figuras de Ernest Lluch o Gregorio Ordóñez. Sostiene el amigo Azúa que he abandonado mi moderación. Es posible que no me haya explicado bien. Aunque también es lícito sospechar que para librarse de una argumentación molesta, Azúa abusara de un recurso impropio de su reconocida inteligencia. El recurso consiste en espigar frases y argumentos de diversos y muy distintos articulistas aislándolos de su contexto y presentándolos como ingredientes de un todo que sólo existe en su artículo. Un todo caricaturesco, un sparring ideal para confirmar prejuicios y apriorismos. Se trata de demostrar que todos los críticos con el Manifiesto coinciden en una incurable empanada mental. Nacionalista, of course. De tal caricatura, se deduce asimismo una añeja displicencia: ¡Qué tontos sois, pobrecitos! Es la ley del sarcasmo, el brillante mecanismo denigratorio de Quevedo. Yo no lo confundo con los más xenófobos y desaforados articulistas que le apoyan. Me limité a leer el Manifiesto, sin apriorismos. Y expliqué lo que leí. Que proclama la superioridad democrática, social y cultural del castellano. Que confunde lengua común con lengua materna (con lo que, especialmente en los territorios monolingües de España, se da cobertura intelectual a un tópico que mucha gente de buena fe cree a pie juntillas: que hablamos en catalán para molestar, pues ya existe la lengua común). Que afirma: la "normalización lingüística es un atropello" (a pesar de que se aplica en países de mayor tradición democrática, como explicó en El País la profesora Violeta Demonte). Que niega el derecho de las lenguas a un territorio (pues sólo los individuos tienen derechos) y, sin embargo, afirma el derecho preferente de la lengua común,incluso si se trata de un servidor público en una comunidad bilingüe. Si las teorías lingüísticas a la francesa de estos literatos pudieran llevarse a cabo (por fortuna nuestra Constitución no lo permite), al catalán no le quedaría más espacio que el privado: el gueto. Por esta razón el Manifiesto ha sido percibido como un ataque. Y no, como afirma Azúa, porque el catalán se vea perjudicado "objetivamente por el castellano". Ni yo, ni, por supuesto, La Vanguardia,ni la mayoría de los catalanes (aunque sí una pequeña minoría) consideramos el castellano un enemigo. Lo consideramos un bien formidable. Como lo es el catalán. Ambas son lenguas maternas (es decir, sentimentales) de unos u otros catalanes, y es importante mantener entre nosotros algo más que cortesía: interés, comunicación, cordialidad. Si el castellano es una magnífica autopista mundial en todos los sentidos (del literario al económico), el catalán sólo nos pertenece a nosotros. Si primara como piden los del Manifiesto el derecho de la lengua oficial y quedara, consiguientemente, la lengua autóctona reducida a usos privados, sin aire social que respirar, se perdería no sólo un tesoro cultural, como sugiere el muy citado Steiner, sino nuestro gran tesoro. Los catalanes tendrán como propio o íntimo el castellano o el catalán, pero no quieren que la lengua los separe. Todos los intentos de crear trincheras han chocado con un consenso implícito. Todos sacrificamos muchas veces al día nuestro instinto lingüístico. Unos ceden en la escuela, otros en el juzgado, unos al renovar el DNI en la policía nacional,otros en una conselleria. Cedemos sin darnos cuenta. En el café, con el vecino, ante el revisor de Renfe. La política escolar catalana (democrática y sancionada por los tribunales) permite asegurar la unidad civil, el bien más preciado, y contribuye a facilitar el aprendizaje del catalán por parte de todos, sin merma del castellano, como han demostrado las notas de selectividad. Entiendo que algunos abanderen los derechos individuales. Pero en las sociedades complejas como la española, creo, modestamente, que es más saludable defender la mutua concesión. Cuando hablé de los puentes que rompe el Manifiesto, no me refería a la España convencional, sino a la España que yo defiendo: la que no siente alergia ante la variedad, sino que la abraza como su mejor riqueza. Lamento que muchos escritores que admiro, como el propio Azúa, prefieran una España a la francesa. Por fortuna, no son pocos los que en Madrid han salido en defensa de la complejidad española. Albricias. Profundizar en nuestra complejidad nos permitirá enfrentarnos con sentido de la proporción al mundo que se acerca. Un mundo en el que, como dice Zygmunt Bauman, "ya nadie se sentirá como en casa".

UN LECTOR CONTESTA A FELIX DE AZUA

Ustedes también
LLUC B. PLA - Girona - 12/07/2008




Escribo a este periódico únicamente para "felicitar" a Félix de Azúa por su columna publicada el pasado 10 de julio en este mismo medio. Realmente, usted junto a los firmantes del Manifiesto por la lengua común y los articulistas que cita en la columna consiguen retroalimentarse magníficamente. ¡Pero si son ustedes igual de nacionalistas!
Tome nota, por favor. Crecí en un pequeño pueblecito del Gironés. La mayoría de los padres de mis amigos llegaron en la década de los setenta de otras partes de España. Nos comunicamos indistintamente en catalán y castellano. ¿Sabe usted por qué? Fuimos todos juntos al colegio y a jugar a fútbol, a montar en bici, a pescar... Crecimos y dejamos la plaza y la piscina para frecuentar bares y sitios peores. No fuimos segregados por motivos lingüísticos y por ello no se ha creado una fractura que divida la sociedad en catalanohablante y castellanohablante (tome nota que no utilizo la palabra español para referirme a la segunda de las lenguas citadas; el catalán es tan español como el castellano, mal que les pese a unos y otros).
¡Y, por favor, no se esconda en la masía! Vaya al pueblo y disfrute.

SOCORRO (FELIX DE AZUA EN EL PAIS)

FÉLIX DE AZÚA 10/07/2008

El pasado 23 de junio, Fernando Savater presentaba en buena compañía un Manifiesto por la lengua común. El título no ha sido citado en ninguno de los 800 artículos del Tambor del Bruc mediático que de inmediato se publicaron en la prensa catalana, la cual, naturalmente, tampoco reprodujo el texto. El título no era del gusto de los nacionalistas, de modo que pasaron a llamarlo "Manifiesto en favor del castellano", frase que no figura en ningún lugar ni forma parte del contenido, ya que el castellano no necesita de ningún favor, pero ¿qué más da? ¿Vamos a detenernos a pensar un poco, antes de cargar el trabuco y disparar a bulto cuando la Patria está en peligro? Todos los artículos venían a decir lo mismo, pero con algunos matices notables.
Los más delirantes no eran los viejos amigos del Avui o del Punt Diari, sino los desconocidos del ilegible diario Público, órgano del presidente del Gobierno central, o sea, del Estado. Titulaban a seis columnas: "El nacionalismo español hace de nuevo política con las lenguas". Los nacionalistas con mala conciencia siempre quieren que todo el mundo sea nacionalista para así quedarse más aliviados y compartir la culpa. Cree el ladrón... Para su desdicha, incluían en la doble página las estadísticas de la Generalitat sobre los usos del catalán y en ellas se afirma que más de la mitad de los catalanes prefiere como primera lengua el castellano. La humilde petición de que aquellos que lo deseen puedan usar su lengua materna en la educación, la Administración pública y la vida cotidiana sin que les caigan multazos o broncas, es "nacionalismo español" para los orgánicos de Zapatero. Tome nota.
Como movido por un resorte, el partido de los socialistas catalanes declaró pomposamente que el manifiesto era "innecesario". No aclaró su portavoz, Miquel Iceta, qué es lo que le parece necesario al PSC. Pocos días antes, la oposición en pleno le había preguntado por 5.000 millones de pesetas que se han esfumado persiguiendo a una almeja brillante. Tampoco entonces Iceta había considerado necesaria la pregunta. Lo que para el PSC sea necesario, es un arcano insondable. Los socialistas catalanes van aproximándose cada vez más a un modelo adorable, el de la corte de Catalina la Grande.
Ninguno de los 800 artículos antes mencionados hablaba del contenido del manifiesto, el cual se puede resumir del siguiente modo: si cualquier ciudadano catalán, como el actual presidente de la Generalitat, puede educar a sus hijos en alemán, en francés, en italiano o en inglés, ¿hay alguna razón para que no pueda educarlo en español? Y de haberla, ¿cuál es? La mentira oficial es que no hay problema para escolarizarse en español; la realidades que ni hablar del peluquín. Intente indagarlo. Chocará contra un muro de cemento. Se sentirá como alguien que quiera darse de baja de Telefónica. Acabará en el psiquiátrico.
Como, según el Tambor del Bruc mediático, el asunto del manifiesto no era el que acabo de exponer, los artículos se veían obligados a hablar de temas muy inspirados: la "supremacía del castellano", la "lengua del imperio", el "ataque contra el catalán...". Todo mentira, ¿pero de cuándo acá un nacionalista va a respetar la verdad? La verdad es, sencillamente, aquello que los nacionalistas decretan que es verdad. Y sólo es verdad lo que es bueno para Cataluña, siendo ese ente lo que en cada momento les conviene. Y punto, añade Catalina la Grande.
Había algo, sin embargo, más significativo si cabe. La mayoría de los artículos procedían al insulto, práctica española donde las haya cuando flaquean los argumentos: franquistas, fachas, españolistas ("de mierda"), imperialistas. Un Jordi Sánchez nos llamaba a los firmantes "miserables" en este mismo periódico porque nos negábamos a pagar su hipoteca. Algunos artículos eran deliciosos, como el de un profesor de la Universidad de Girona que exponía el punto de vista guipuzcoano: lo que hay que exigir, venía a decir, es que todos los españoles aprendan catalán. Un hombre generalmente moderado, Antoni Puigverd, aseguraba que el manifiesto rompía los últimos puentes entre Cataluña y España. Volveré sobre ello. No obstante, estos intelectuales olvidaban un detalle de cierta relevancia: todos sus artículos estaban escritos y publicados en español.
Los nacionalistas consideran indudable su derecho a escribir y publicar en la lengua que (dicen) está destruyendo al catalán. Creen tener derecho a suprimir de sus vidas el catalán y pasarse al español cuando les parezca oportuno, con el fin de insultar (y cobrar por ello) a unos ciudadanos que jamás han atacado el catalán ni perderán un minuto de sus vidas en semejante tontería. Así que estos pensadores nacionales pueden eliminar el catalán y hacer uso de la lengua asesina del catalán cuando les viene en gana y pueden poner en peligro la supervivencia de la lengua que dicen proteger, pero que unos ciudadanos pidan educar a sus hijos en la lengua que estos nacionalistas utilizan cuando les conviene, eso es fascismo, franquismo, imperialismo, y no es pederastia porque Dios no lo quiere. Si alguien entiende la ética de los nacionalistas, por favor, que escriba una tesis doctoral.
La traca final ha sido de lo más levantina. Animado por tan honradas huestes, el anciano Jordi Pujol ha cogido el alfanje. "[Pujol] llama a combatir 'sin miedo' la falta de respeto a Cataluña", según titulaba el diario de la burguesía catalana el 2 de julio. Lo de "sin miedo", entrecomillado por la redacción, pone los pelos de punta. El texto del patriarca es: "Combatir con decisión y confianza, sin miedo, y sin respeto para quien no nos respeta". A Pujol le animó mucho lo de las caricaturas de Mahoma: qué demonios, hay que hacerse respetar. A partir de su llamamiento a la guerra santa y conociendo de primera mano (y puño) a los cejijuntos y democráticos grupos de falangistas catalanes que suelen actuar en estos casos, los firmantes andamos escondiéndonos en las masías de recreo de algunos consellers y diputats solidarios. Sobre todo desde que Montilla ha decidido que incitamos a la "catalanofobia". No sus socios separatistas, no las juventudes de la "puta España", no Carod y Rubianes, no: el odio a Cataluña lo inducimos nosotros. Muy honesto.
Amigo Puigvert, si te lo permiten tus principios, deja abierto algún puente para que cuando lleguen los hijos de Bin Laden a quemarnos (vivos o en efigie), los cuatro gatos que aún nos tomamos en serio a este país podamos salir arreando hacia lugares más democráticos, menos violentos, más civilizados.
Félix de Azúa es escritor.

sábado, 12 de julio de 2008

EL DRAMA QUE EL PAN SE LLAME "PA"

TELEMADRID DESCUBRE EL IDIOMA CATALAN EN SITGES SEGUN PUBLICA "PUBLICO"

En una información que no animaba a visitar Catalunya, Telemadrid explicaba que la Mesa del Turismo había emitido un comunicado avisando de los perjuicios del bilingüismo para los turistas

FERRAN CASAS - Barcelona - 11/07/2008 22:39

En Catalunya es de sobra conocida la tentación casi irresistible de los responsables de Telemadrid, el canal público madrileño que controla Esperanza Aguirre (PP), de retorcer hasta la distorsión la realidad del país. Pasó en abril del año pasado con el zafio reportaje de El Mundo Televisión 'Ciudadanos de segunda' y ha vuelto a pasar ahora.
Entonces se denunció de forma prolija que el castellano (la lengua que, quién lo iba a decir, más catalanes hablan) está "en peligro de extinción" y que los catalanes "imponen su lengua e ideología por las buenas o por las malas". Presentaban a Arcadi Espada y Albert Boadella, dos de los promotores del manifiesto españolista que Telemadrid ha suscrito y que pretende la preeminencia del castellano, como residentes en un auténtico gulag. En menos minutos (no llegan a tres), la cadena se superó el miércoles con sólo dos vídeos en su telenoticias donde servía un agitado cóctel de lengua y turismo. Vistos los datos y las reacciones, la manipulación queda, cada día que pasa, más al descubierto.
En una información que no animaba a visitar Catalunya, explicaba que la Mesa del Turismo, un lobby formado por grandes empresas del sector, había emitido un comunicado avisando de los perjuicios que el bilingüismo causa en Baleares, Catalunya, País Valenciano, Galicia, Navarra y Euskadi. En otra noticia complementaria, una redactora constataba lo complicado que es pasar una semana de asueto en Catalunya porque en algunos negocios los carteles están en catalán y al pan se le llama 'pa', a los helados, 'gelats' y a los zumos, 'sucs'.
La identidad, valorada
Como suele pasarle a la cadena -condenada por manipulación en el Parlamento Europeo y cuya plantilla ha denunciado una y otra vez la línea ideológica- su realidad ha sido rebatida. También la del lobby, del que forma parte Air Berlin y que se posicionó sin que algunos de sus miembros, como Iberia o Renfe, estuvieran al tanto, según fuentes del sector. El informativo sostuvo que "por primera vez el sector se une contra algo que lleva tiempo sufriendo". Lo ilustró con planos del acto de constitución del primer tripartito catalán en 2003, como si de ahí viniera todo el problema "lingüístico". Si alguien representa el sector y debería sufrir los desmanes que Telemadrid amplifica son los empresarios catalanes, pero ellos no salen. Lejos de compartir el comunicado de la Mesa, la Comisión de Turismo de las Cámaras de Comercio de Catalunya afirmó que el catalán "no perjudica sino que enriquece los valores y sentimiento de todos los españoles y extranjeros que nos visitan" y lamentó "que se confunda la realidad".
El noticiario explicaba que "en juego está el verdadero motor de la economía española" y que el celo lingüístico ocasiona "trabas, perjuicios y un grave daño a la imagen del turismo". Pero los datos son otros. Catalunya no sólo es la comunidad que más turistas atrae sino que, hasta 2007, su balance no ha parado de subir. El 35% de los turistas españoles que la visitan son de Madrid y, hasta ahora, no se conoce problema alguno.
Ignorancia o mala fe
El tono y contenidos de Telemadrid ha causado entre enojo y cachondeo en Catalunya, cuya industria turística lucha estas semanas por sobreponerse a los efectos de la crisis. El director general de Turismo del Govern, Joan Carles Vilalta, afirma que los estudios demuestran que los visitantes valoran mucho las particularidades culturales y atribuye el tono del informativo "a ignorancia o mala fe". Denuncia, además, que se parte de la base que el castellano no da problemas a un inglés o un alemán, "cosa que no tiene porqué ser cierta". Vilalta afirma que para lo que hay problemas no es para ser atendido en castellano, sino en catalán.
Lejos de la polémica y preocupado por cómo remontar una crisis que ya se ha dejado notar en junio, el presidente del Gremio de Hostelería de Castelldefels, Manuel Ortiz, afirma que el catalán nunca ha creado problemas con ningún turista y que "en ninguna reunión del sector -dice- he oído en 25 años alguna queja o preocupación". Reduce la polémica a un intento de buscar culpables a "unos números que este año serán malos".
Telemadrid aseguraba que la promoción de lenguas es "un suma y sigue que hace del turismo una de sus principales víctimas". Eso pese a que, por ejemplo en Baleares, cuesta oír catalán en muchos sitios. Los mismos donde cuesta oír castellano. El alemán o el inglés se imponen. Pero el 11-M ya dio fe de que a Telemadrid ninguna realidad, por más tozuda que sea, le tumba una teoría.

Algunos comentarios del total de 170

71.0 121 Vig 11-07-2008 23:24:06
Como decía el gran ideólogo de esta basura, repite una mentira 1000 veces y todo el mundo pensará que es verdad, tienen el "honor" de ser la única televisión de España condenada por manipulación, bueno, aparte del impagable U r d a c i, qué casualidad que todo venga del mismo partido
54.0 121 fran
Sabéis cuál es la comunidad autónoma con más turistas de toda españa? Catalunya.. y luego estan, no me acuerdo en que orden, Baleares, Canarias y Andalucia. Es decir, Madrid no sale entre las 4 primeras por muy castiza que sea. Ese es el motivo de ese zafio y asqueroso reportaje.
44.0 89 madrrileño aqsqueado
TelEsperanza es pues como ella, nefasta para los que la pagan, en Madrid no funciona nada y cada dia esta mas contaminada, atascada, sucia, con mas ruidos del helicoptero de la señora, etc etc. Los catalanes tienen razon y nos dan cienmil vueltas en educacion, cultura, inteligencia y mas, aqui con ir a misa ya vale todo. VISCA CATALUNYA¡¡¡¡¡
43.0 63 Red river, para todos los que han tenido la desgracia de ver el video. 12-07-2008 00:22:19
Quiero hacer incapié en desmentir las palabras del "individuo" que sale diciendo que la gente de Cádiz y Huelva tienen problemas en esos lugare, pues bien yo soy de Huelva y vivo en Mallorca y si alguien tiene problemas son ellos para entendenos a nosotros. Menos mal que en Andalucia no ponemos "panaeria" o "pescaeria" sino a tele Espe se le acumularia el trabajo.
41.0 87 rocio
A ver si los peperos se preocupan igual por el ingles, que luego se les ve diciendo te mando un "MEIL", fuimos a un "party", voy de compras a "niu yor" etc......
40.0 54 Pau
Si ves una panadería y no la reconoces porque pone "forn de pà", una de dos, o la panadería está cerrada y no se ve el interior, o eres un redactor de Telemadrid tratando de encontrar una noticia (que en catalán se dice "notícia", por cierto)
38.0 72 Greeny
Lo curioso es que conocen más la realidad en Catalunya los extranjeros que los propios españoles... pero bueno... que venga quien quiera y quien no, allá se queden...
35.0 57 xavi
Afortunadamente tenemos un país donde la mayoría de sus ciudadanos tienen sentido común, donde se reconocen mentiras y mentirosos, donde la realidad de la convivencia, el buen hacer y el "seny" estan por encima de barbaridades e insultos. Como català sólamente os animo a conocer de primera mano la riqueza que da un idioma (bueno en nuestro caso 2 como mínimo), una cultura, una forma de vida, en definitiva no somos ni mejores ni peores...somos...así, catalanes, universales, un gran país.
29.0 49 MAYKEL
AVISO A LOS TURISTAS EN MADRID SE BAILA EL CHOTIS, EN VEZ DE FLAMENCOA VER QUE DICE AHORA ARCADIO ESPADA,DIGO ARCADIO,POR QUE EL LO ESCRIBE MAL
29.0 69 Red river
A mi lo que me jode no es el nacionalismo fascista del PP de Madrid, ni la Espe-manipulación, ni por supuesto que estos periodistas tengan que escupir tanta mierda, no, lo que me indigna ver a un capullo con carapinta de macarra agitanado diciendo que los de Huelva tienen problemas con el catalán, vete al veterinario¡

TELEMADRID DESCUBRE EL CATALAN

El drama de que el pan se llame "pa"

En una información que no animaba a visitar Catalunya, Telemadrid explicaba que la Mesa del Turismo había emitido un comunicado avisando de los perjuicios del bilingüismo para los turistas

FERRAN CASAS - Barcelona - 11/07/2008 22:39

En Catalunya es de sobra conocida la tentación casi irresistible de los responsables de Telemadrid, el canal público madrileño que controla Esperanza Aguirre (PP), de retorcer hasta la distorsión la realidad del país. Pasó en abril del año pasado con el zafio reportaje de El Mundo Televisión 'Ciudadanos de segunda' y ha vuelto a pasar ahora.

Entonces se denunció de forma prolija que el castellano (la lengua que, quién lo iba a decir, más catalanes hablan) está "en peligro de extinción" y que los catalanes "imponen su lengua e ideología por las buenas o por las malas". Presentaban a Arcadi Espada y Albert Boadella, dos de los promotores del manifiesto españolista que Telemadrid ha suscrito y que pretende la preeminencia del castellano, como residentes en un auténtico gulag. En menos minutos (no llegan a tres), la cadena se superó el miércoles con sólo dos vídeos en su telenoticias donde servía un agitado cóctel de lengua y turismo. Vistos los datos y las reacciones, la manipulación queda, cada día que pasa, más al descubierto.

En una información que no animaba a visitar Catalunya, explicaba que la Mesa del Turismo, un lobby formado por grandes empresas del sector, había emitido un comunicado avisando de los perjuicios que el bilingüismo causa en Baleares, Catalunya, País Valenciano, Galicia, Navarra y Euskadi. En otra noticia complementaria, una redactora constataba lo complicado que es pasar una semana de asueto en Catalunya porque en algunos negocios los carteles están en catalán y al pan se le llama 'pa', a los helados, 'gelats' y a los zumos, 'sucs'.

La identidad, valorada
Como suele pasarle a la cadena -condenada por manipulación en el Parlamento Europeo y cuya plantilla ha denunciado una y otra vez la línea ideológica- su realidad ha sido rebatida. También la del lobby, del que forma parte Air Berlin y que se posicionó sin que algunos de sus miembros, como Iberia o Renfe, estuvieran al tanto, según fuentes del sector. El informativo sostuvo que "por primera vez el sector se une contra algo que lleva tiempo sufriendo". Lo ilustró con planos del acto de constitución del primer tripartito catalán en 2003, como si de ahí viniera todo el problema "lingüístico". Si alguien representa el sector y debería sufrir los desmanes que Telemadrid amplifica son los empresarios catalanes, pero ellos no salen. Lejos de compartir el comunicado de la Mesa, la Comisión de Turismo de las Cámaras de Comercio de Catalunya afirmó que el catalán "no perjudica sino que enriquece los valores y sentimiento de todos los españoles y extranjeros que nos visitan" y lamentó "que se confunda la realidad".

El noticiario explicaba que "en juego está el verdadero motor de la economía española" y que el celo lingüístico ocasiona "trabas, perjuicios y un grave daño a la imagen del turismo". Pero los datos son otros. Catalunya no sólo es la comunidad que más turistas atrae sino que, hasta 2007, su balance no ha parado de subir. El 35% de los turistas españoles que la visitan son de Madrid y, hasta ahora, no se conoce problema alguno.

Ignorancia o mala fe
El tono y contenidos de Telemadrid ha causado entre enojo y cachondeo en Catalunya, cuya industria turística lucha estas semanas por sobreponerse a los efectos de la crisis. El director general de Turismo del Govern, Joan Carles Vilalta, afirma que los estudios demuestran que los visitantes valoran mucho las particularidades culturales y atribuye el tono del informativo "a ignorancia o mala fe". Denuncia, además, que se parte de la base que el castellano no da problemas a un inglés o un alemán, "cosa que no tiene porqué ser cierta". Vilalta afirma que para lo que hay problemas no es para ser atendido en castellano, sino en catalán.

Lejos de la polémica y preocupado por cómo remontar una crisis que ya se ha dejado notar en junio, el presidente del Gremio de Hostelería de Castelldefels, Manuel Ortiz, afirma que el catalán nunca ha creado problemas con ningún turista y que "en ninguna reunión del sector -dice- he oído en 25 años alguna queja o preocupación". Reduce la polémica a un intento de buscar culpables a "unos números que este año serán malos".

Telemadrid aseguraba que la promoción de lenguas es "un suma y sigue que hace del turismo una de sus principales víctimas". Eso pese a que, por ejemplo en Baleares, cuesta oír catalán en muchos sitios. Los mismos donde cuesta oír castellano. El alemán o el inglés se imponen. Pero el 11-M ya dio fe de que a Telemadrid ninguna realidad, por más tozuda que sea, le tumba una teoría.

viernes, 11 de julio de 2008

Y LA FEDERACION DE ESCRITORES GALEUSCA TAMBIEN

Escritores catalanes, gallegos y vascos rechazan el intento de "exclusión" del Manifiesto
Reivindican que el catalán, el euskera y el gallego son lenguas propias del 40% de los españoles
EP - Barcelona - 11/07/2008

La Federación de Asociaciones de Escritores Galeusca, de reciente creación, que engloba a escritores catalanes, gallegos y vascos, han rechazado "el intento de exclusión que colegas escritores españoles" han realizado a través del Manifiesto por la lengua común y han lamentado que se "dediquen a combatir lo más próximo y asimétricamente discriminado". En un comunicado, consideran que el catalán, el gallego y el euskera no son "inventos" de ahora, sino que son lenguas que fueron normales durante años en sus territorios y que sufrieron un proceso de desnormalización "por invasión de la lengua que fue decretada como oficial del estado, sin ninguna consulta ni acuerdo previo".
Señalan que la Constitución no obliga a que estas lenguas sean conocidas en sus territorios, como sí hace con el castellano, lo que supone una "asimetría" de los derechos lingüísticos de los ciudadanos. Reivindican que se trata de lenguas propias de aproximadamente el 40% de los españoles y una herramienta de comunicación democrática. "La visión anuladora que desde la enriquecedora realidad plurilingüe española se transmite desde el Manifiesto nos hace pensar en la similitud de la etapa franquista: un estado, una lengua; y consecuentemente, reforzar los planteamientos diferenciadores entre ciudadanos de primera y de segunda por razones de lengua", aseveran los escritores.
La pluralidad lingüística como forma de enriquecimiento individual
Por contra, reivindican la pluralidad lingüística como una forma de enriquecimiento individual y consideran que el castellano "en ningún caso corre peligro en todo el territorio del Estado". Defienden las políticas lingüísticas en educación como vía para conseguir que los alumnos sean competentes en ambas lenguas, y eso pasa por "la utilización vehicular mayoritaria de la lengua más desfavorecida socialmente". Los escritores finalizan su comunicado afirmando que tienen la voluntad de continuar escribiendo en sus lenguas y de "contribuir al proceso, inacabado, de su normalización como derecho humano, democrático y pacífico".

FERNANDO SABATER RESPONDE

Ciudadanía y lengua común
FERNANDO SAVATER 11/07/2008

El Pais
Como el mío va a ser uno de los pocos artículos que se publiquen en este periódico a favor del Manifiesto por la Lengua Común, permítanme que empiece con algo de melancolía. El documento en cuestión derrocha miramientos y renuncia a cualquier denuncia o acusación: no contiene críticas contra el Gobierno, ni contra la oposición, ni contra ninguna de las Administraciones autonómicas. Como el poeta, está a punto de perder su vida por delicadeza. Tampoco incurre en un alarmismo exagerado (se limita a señalar lo que es una preocupación generalizada en nuestra sociedad, como demuestran las firmas obtenidas de personalidades ilustres de las letras, las ciencias, el arte, el comercio o el deporte, muchas de las cuales no han firmado ningún manifiesto en su vida), y se centra en recomendar medidas preventivas antes de que lo peor sea además irremediable. Ni que decir tiene que reconoce todas las lenguas oficiales como igualmente españolas (lo que sin duda puede haber molestado a algunos) y formando parte del patrimonio cultural y social que compartimos, merecedoras de estímulo y salvaguardia. En el Manifiesto no sólo se defiende el derecho de quien lo desee a ser educado en castellano, sino también el derecho semejante a ser educado en catalán en Cataluña, en euskera en el País Vasco, en gallego en Galicia, etc. Éste es el Manifiesto que ha sido denunciado como xenófobo, imperialista, contrario al pluralismo cultural y hasta partidario del exterminio de los hablantes de lenguas minoritarias. Un político catalán lo calificó como "un insulto a la inteligencia": bueno, entonces usted no tiene por qué considerarse ofendido, buen hombre. Y lo mismo vale para los demás. Por decirlo churchilianamente: nunca quien no agredió a nadie fue agredido por tantos.




El Manifiesto ha sido tergiversado, como la Educación para la Ciudadanía
El Manifiesto no pide inmersión en castellano de los que tienen otras lenguas
Es curioso: a los que hemos luchado durante bastantes años a favor de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, las tergiversaciones polémicas que se utilizan contra el Manifiesto nos recuerdan irresistiblemente las que oímos tantas veces contra esa necesaria materia académica. Destinos paralelos: en un caso, se ofendió involuntariamente las prerrogativas que considera intocables la Iglesia católica, y en el otro, las que se atribuye la jerarquía nacionalista, dos poderes fácticos de fundamentación mitológica que consideran persecución totalitaria cualquier merma de sus privilegios autoconcedidos. Interesante semejanza, que merece ser examinada más despacio.
Primera similitud: para criticar con mayor comodidad, se inventan el contenido de la asignatura y el contenido del Manifiesto. Según unos manipuladores, la Educación para la Ciudadanía se dedica a hacer proselitismo
homosexual y a recomendar que nadie se case si no es con persona de su mismo sexo. Como no faltan manuales delirantes propuestos para la materia, otros se dedican a entresacar proclamas a favor de Fidel, Chávez y la abolición inmediata del capitalismo. Intentar que se recuerde en sus justos términos el temario oficial es tiempo perdido. De modo semejante, algunos decretan que el Manifiesto sale en defensa de la lengua castellana, empeño risible porque nuestro idioma goza de excelente salud, es hablado por 400 millones de personas y de nada hay que protegerlo. Según otros -pertenecientes a la lunatic fringe de varias autonomías bilingües-, el Manifiesto persigue abolir nuestro pluralismo lingüístico y cultural, exterminar al diferente, etc. Rogar que se lea el Manifiesto para comprobar que lo que se trata de defender son los derechos de los castellanohablantes sin mermar el bilingüismo o que estamos tan convencidos de la pujanza universal del castellano que por eso nos parece crucial reforzarlo como lengua común de España es tarea ociosa: la caricatura resulta polémicamente más rentable.
Segunda similitud: tanto la asignatura como el Manifiesto son inútiles, superfluos y refuerzan al poder establecido. Unos nos dicen que todo el mundo sale ciudadano de la escuela por la convivencia con los demás y sobre todo por la enseñanza de los padres. ¿Para qué adoctrinarles con teorías políticamente correctas que les hagan dóciles al relativismo moral dominante? Los otros aseguran con total convicción que no existe problema lingüístico en ninguna parte, salvo en la imaginación de la extrema derecha. No es verdad que haya comunidades donde no se pueda escolarizar a los niños con plena naturalidad en castellano, ni es cierto que en ellas los impresos oficiales sólo se faciliten en la lengua autonómica, ni es verdad que la señalización de vías públicas tampoco sea bilingüe, ni que el conocimiento de la lengua co-oficial tenga un valor desmesurado en concursos y oposiciones, etc. Esas denuncias son invenciones en la mayoría de los casos, o simples anécdotas irrelevantes cuando resultan probadas. Los que de veras sufren son quienes intentan manejar una lengua distinta del castellano: ¿hay algo más difícil y peor visto que hablar catalán en Cataluña, euskera en el País Vasco o gallego en Galicia? Todo son problemas y cortapisas para los héroes que a tanto se atreven... El Manifiesto es una apología de la represión y de la prepotencia vigente, puaf.
Tercera similitud: ¡vuelve el franquismo! Educación para la Ciudadanía es un revival de la Formación del Espíritu Nacional (que nada tiene que ver con las sanas lecciones de identidad que se dan en las autonomías nacionalistas), así como el Manifiesto defiende la lengua del Imperio, según enseñó Girón de Velasco. ¿Cómo no nos habremos dado cuenta antes? Bien claro está; el último canalla que se preocupó por la unidad de España fue Franco, y sólo a él podía ocurrírsele adoctrinar en valores políticos comunes. Menos mal que aún quedan vigías para dar la voz de alarma y señalar que por allí resopla el fascismo. Debemos estarles eternamente agradecidos... y obedecerles sin rechistar.
En fin, dejémoslo estar. Los defensores de la inmersión lingüística ven en ella la única forma de evitar guetos y de garantizar la convivencia cultural. Si nosotros fuésemos nacionalistas españoles, aceptaríamos el razonamiento pero aplicado a toda España: inmersión lingüística general en castellano para la educación pública, a fin de evitar que Cataluña, Euskadi, Galicia o Baleares se conviertan en guetos dentro del país. Es la doctrina vigente en Francia, que no es el peor Estado europeo ni en cultura ni en democracia. Sin embargo, no es eso lo que reivindicamos. El Manifiesto no pide inmersión en castellano de los que tienen otras lenguas maternas, sino que no se imponga otra lengua a los que prefieren el castellano. En general, la lengua común no requiere en las comunidades bilingües trato privilegiado, sólo que no se la persiga ni obstaculice como hoy se hace. Con eso basta.
Por lo demás, admito que se nos discuta, pero no acepto que se nos descalifique con infundios sectarios como han hecho reciente y reiteradamente el Partido Socialista y el Gobierno. La decencia política no se funda en el optimismo, como cree Zapatero, sino en la veracidad. Decidido: en cuanto nos repongamos de este Manifiesto, hay que preparar otro contra el uso impune de la mentira por los políticos.

Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense.

jueves, 10 de julio de 2008

LAS BALANZAS FISCALES (Adelanto)

lA vANG 10-07-08
El déficit fiscal de Catalunya alcanza los 16.735 millones
Castells esgrime las nuevas balanzas y dice que el déficit es excesivo
IÑAKI ELLAKURÍA - Barcelona
el 2005, por cada 100 euros que Catalunya aportó al Estado recibió 64,5 El déficit fiscal de Catalunya con la Administración Central para el 2005 es de 16.735 millones de euros, lo que representa el 9,8% del PIB catalán. En Mientras que la media del déficit entre el periodo 2002 -2 0 0 5 llega a los 13,832 millones de euros, un 9% del PIB. Lo que supone, a la práctica, que de cada 100 euros aportados por Catalunya no retornan 32 euros. Si esto se traslada a las personas, según el método del flujo monetario, el déficit de cada catalán en el 2005 fue de 2.392 euros, y que, por ejemplo, el déficit fiscal de una familia formada por cuatro personas estaría rozando los 10.000 euros. Estos son los datos que se extraen de las balanzas fiscales elaboradas, a petición del conseller de Economia, Antoni Castells, por un comité de 13 expertos y que ayer fueron hechas públicas. Sin embargo, aunque la intención de la Generalitat era contar desde un principio con los datos del 2006, estos no fueron entregados por la Administración Central, sin dar explicación, a pesar que las numerosas reclamaciones catalanas. Según fuentes del grupo de expertos catalanes que han elaborado las balanzas, tras la negativa del Gobierno se esconde que el 2006 Catalunya tuvo un déficit histórico ya que, por la situación económica, hubo un 15% más de IVA y un 30% más en el impuesto de sociedades. Las últimas balanzas elaboradas por la Generalitat son las del periodo 1986-2001 y situaron el déficit en una media anual del 7,6% del PIB catalán, y que en el 2001, se situó en los 11.307 millones de euros. Aunque estos datos no se pueden comparar con los actuales ya que en esta ocasión se han utilizado métodos de cálculos diferentes. El grupo de expertos catalanes ha elaborado ahora las balanzas con las dos metodologías de estudios existentes. La del flujo monetario, que es la utilizada por la mayoría de países europeos y la que el Govern prefiere, atribuye el gasto público y su impacto a la región en la que efectivamente se desarrolla su actividad. las nuev as cifras sitúan el déficit catalán del periodo 2002-2005 en 13.832 millones de euros, que equivale al 9% del PIB, y que significa que, del total de los ingresos que aportaron los catalanes a la Administración Central el 32,8% no regresaron a Catalunya. Otro dato, el déficit por persona es de 2.392 euros. El grupo de 13 expertos, dirigido por Núria Bosch, también ha utilizado el método del flujo del beneficio, que asigna el gasto a la región donde reside el beneficiario, con independencia de donde se realice de forma efectiva. Según este cálculo, que mide el impacto del sector público en el bienestar de los ciudadanos, el déficit fiscal de Catalunya en el 2005 alcanzaría los 12.629 millones de euros, y en el periodo 2002-2005 sería de 10.206 millones de euros de media. Con este método se extrae que el déficit por catalán es de 1.804 euros. El conseller de Economia, Antoni Castells, dijo que con las nuevas balanzas sobre la mesa es "evidente que el déficit es excesivo" pero negó que deban servir como arma para condicionar y presionar en las negociaciones sobre el nuevo modelo de financiación catalana. "Es bueno que se conozcan. Serán a partir de ahora los datos de referencia para el Govern, y servirán para que haya transparencia democrática, y para que se rompa el mito de que Catalana no es solidaria", aseveró el conseller. Castells admitió su preocupación porque el tiempo para llegar a un acuerdo en financiación se acaba, la fecha límite es la del 9 de agosto, y todavía hoy las posturas son lejanas. Llegó a calificar la situación como "compleja". Y no quiso avanzar cuando convocarán la comisión mixta de negociación con el Estado. Los resultados presentados ayer serán enviados por Economia al presidente de la Generalitat, los consellers, al ministro de Economía, Pedro Solbes, al resto de partidos catalanes y a las diferentes Comunidades Autónomas.
El mito de la confianza
Fernando Ónega
Los dos líderes deben incorporar la economía a su próximo encuentro; eso sí que sería patriotismo El presidente Rodríguez Zapatero se ha propuesto una noble tarea: transmitir confianza a la sociedad. Con ese fin habla, maneja datos, aduce el argumento de la inversión extranjera y acude a programas de televisión. ¿Lo está consiguiendo? En la última entrevista en Antena 3 quizá le sobró populismo, intención electoral y vocación de constituirse en líder de los menos favorecidos. Es lo que le aconsejan sus asesores: si la crisis arrecia, que por lo menos no pierda la base social que le mantiene en el poder. De ahí que sus palabras rebosen paternalismo, protección del Estado benefactor y eco de su promesa más famosa: "no os fallaré". Lo que ocurre es que las circunstancias no juegan a favor. El mismo día que el presidente hablaba, se difundía que el precio de la vivienda puede caer un 30 por ciento. ¿Qué ciudadano se anima a comprar ahora, si le están anunciando el maná de la ganga? Todos los compradores se ponen en actitud de espera. Un año, dos años, lo que haga falta. Lo más rentable es esperar. Es la nueva especulación: la de esperar la caída de precios. Después tenemos la voluntad de la oposición. Nadie duda del patriotismo de Rajoy; pero la tentación es inevitable: ¿sobre qué bases puede crecer un aspirante a gobernar? Hoy, sobre la quiebra de la economía. Las últimas encuestas lo confirman: si vuelve el empate técnico entre PP y PSOE, es por la crisis, no por el nuevo giro al centro de los conservadores, que todavía no se ha podido medir. El PP sólo tiene que hacer una cosa, aunque resulte impúdica: recrearse en la dificultad. Y algo de eso está ocurriendo. Cuando Cristóbal Montoro habla de crisis perfecta, lo hace en un tono que parece que la celebra. Y cuando se acusa al gobierno de pasividad, incompetencia o ineficacia, quizá se diga la verdad; pero se transmite a la sociedad un mensaje negativo: con este gobierno no hay salida, pero este gobierno tiene cuatro años por delante. La dialéctica política dibuja así un escenario donde el gobierno acentúa su populismo para no perder clientela, la oposición acentúa los factores negativos para ganarla, y el país en su conjunto paga las consecuencias. ¿Cómo se sale de ese círculo pernicioso? La solución no es pedir responsabilidad a la oposición ni acusarla de regodearse en la crisis. Si critica, está en su derecho. La solución está en entenderse. ¿Cómo? Hablando. Ignoro si habría que llegar a la reedición de los pactos de la Moncloa, como sugirió Duran Lleida. Pero si el diagnóstico económico es de emergencia, merece soluciones de emergencia. Si la palabra pacto se maneja para el voto del inmigrante, ¿por qué no pactar algo tan grave como la perspectiva de salida de una crisis económica? Los dos grandes líderes deben incorporar la economía a su próximo encuentro. Eso sí que sería patriotismo. Y sería no condenar al país a ser confiado si vota a Zapatero, y desconfiado si vota a Rajoy.
Las autonomías se alían para presionar a Zapatero
CRISTINA SEN - Madrid Hubo buenas palabras, pero la reunión y la foto que se pudo ver ayer en Zaragoza, y que tendrá una continuidad periódica, indica que algo puede empezar a cambiar en el mapa autonómico español. Los consejeros de gobernación de las seis comunidades que la pasada legislatura aprobaron sus nuevos estatutos se dieron cita ayer en Aragón para analizar los ritmos y las dificultades que están teniendo en el desarrollo de sus textos -dificultades también a la hora de negociar con el Ejecutivo-, para unir fuerzas en los planteamientos que se tengan que realizar ante el Gobierno y para compartir experiencias. En este primer encuentro se decidió la creación de un secretariado permanente, un grupo de trabajo, que vaya analizando los problemas que hay sobre la mesa y la celebración de cumbres periódicas -la próxima será en Sevilla en octubre-. Por parte catalana, el conseller Joan Saura, y en representación de Aragón, José Ángel Biel, cuyos gobiernos han aplazado las próximas reuniones bilaterales con el Ejecutivo por la lentitud en los acuerdos, indicaron que el Ejecutivo debe de tener claro que las autonomías también son Estado. Y Saura destacó que desde hace unos meses se detecta pasividad a la hora de abordar los temas estatutarios. La reunión es también relevante porque establece por primera vez una voluntad de colaboración horizontal entre autonomías, al margen del Gobierno, para establecer convenios de colaboración en diversas materias.

¿BOICOT A TELECINCO?

La Vang.10-07-08
Màrius Serra
Si de veras quieren descabalgar a Telecinco de su liderato en Catalunya, deberían contactar con Boadella El mundialmente famoso Manifiesto por la lengua común contiene contradicciones tan flagrantes que causan sonrojo. Empieza afirmando: "Todas las lenguas oficiales en el Estado son igualmente españolas (...) sólo una de ellas es común a todos (...) por tanto sólo una de ellas - el castellano- goza del deber constitucional de ser conocida". Y, acto seguido, afirma: "Son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios ni mucho menos las lenguas mismas". Si las lenguas no tienen derechos, ¿por qué el castellano "goza del deber constitucional de ser conocido"? Si los territorios no tienen derechos lingüísticos, ¿por qué un funcionario que ejerza sus funciones dentro de los límites territoriales del Estado denominado España tiene el deber constitucional de conocer el castellano? Los ilustres redactores del manifiesto no persiguen la igualdad sino la uniformidad (de su uniforme). Como en todos los manifiestos, ha habido adhesiones (voluntarias y no) y retiradas (discretas y no). Está muy bien que, tras un impecable artículo en El País del no firmante Ramoneda, el firmante Gamoneda publique otro para explicar que se echa atrás. El debate intelectual se basa en mil matices. Pero lo que llega masivamente a la gente son las adhesiones colectivas: el partido de Rosa Díez, el PP de Rajoy o Telecinco. Lo de un canal privado adhiriéndose a un manifiesto es novedoso y abunda más en la contradicción territorial, porque la licencia que le permite emitir le marca un territorio bien delimitado. Tal como puede leerse en su web, Telecinco no se limita a adherirse al manifiesto, sino que "la cadena pone a disposición de la iniciativa el canal de televisión". ¡Cuánta caballerosidad e hidalguía! Tal vez por eso en la blogosfera catalana se debate acaloradamente sobre la mejor manera de promover un boicot a Telecinco, líder de audiencia en Catalunya. Los más lanzados mientan las leyendas urbanas sobre la pérdida de ventas de marcas como Parmalat o Zanussi, que en su día patrocinaron (y dejaron de patrocinar) al Real Madrid. Pero el sector realista (no el merengue, sino el informado), exhibe su escepticismo sobre la viabilidad de boicotear un canal de tele. ¿Quién va a dejar de ver los programas que le gustan? Los más militantes proponen desintonizar Telecinco en sus receptores para no dar con él ni zapeando. O localizar a los poseedores de audímetros e incentivarlos, sin darse cuenta de que eso sería el verdadero Eldorado de nuestros días. ¿Quién no pagaría por esa lista? ¡Santa inocencia! Si de veras quieren descabalgar a Telecinco de su liderato de audiencia en Catalunya, deberían contactar con Albert Boadella. Sabida es la enorme capacidad del director teatral para ser boicoteado en territorio catalán por razones extraartísticas. Si a ese don natural le sumamos la gentil oferta de Telecinco de poner "a su disposición el canal", todo cuadra. Que le tomen la palabra. En vez de volver a fichar a Sardà, que le den un show diario a Boadella y no hará falta convocar ningún boicot. Telecinco perderá audiencia en Catalunya. Eso sí, la medida debería ir acompañada de otras. Me imagino a Fernando Savater haciendo de Grissom en la nueva versión española de CSI que prepara la cadena. Rosa Díez podría salir en Yo soy Bea y Félix de Azúa clavaría a ese personaje delicioso de Camera Café llamado Bernardo. En cuanto a Operación Triunfo,no sé, tal vez un par de premios Planeta como Vargas Llosa y Álvaro Pombo darían la talla para suplir a Risto Mejide. ¿No quieren poner su canal a disposición? Pues venga, con un par.
MariusSerra@verbalia.com
Postizos valencianos (cont.)
VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR
FERNANDO DE FRANCISCO - Valencia ra tomado la molestia de entrar y preguntar, se le habría indicado que se venden postizos para valenciana,es decir, para fallera, ya que cuando cualquier mujer, sea catalana, madrileña o de cualquier parte del mundo se viste de fallera, se dice que va vestida de valenciana. Quería hacer esta aclaración porque la Comunidad Valenciana es una comunidad de acogida y no de exclusión y porque muchas veces lo que nos separa no son las diferencias con el otro, sino la ignorancia respecto al otro y dar por supuesto cosas que una vez aclaradas resultan de lo más inocente, y que sin esta aclaración dan pie a pensar, como en este caso, en la xenofobia del vecino. Un abrazo a toda Catalunya.
Injustícia amb el Sovi
MONTSERRAT MONTANER - Terrassa La majoria dels pensionistes van rebre amb la paga extra de juny la meitat dels 400 euros promesos en el seu dia pel candidat Zapatero. Malauradament, en aquesta qüestió hi ha una important anomalia, resulta que les persones amb pensions més baixes, com per exemple el Sovi (356,20 euros al mes) no s´han beneficiat per res d´aquesta millora. Com es pot entendre una anomalia així avui dia? A més a més de cobrar una pensió mínima, ara resulta que quan hi ha una petita millora les persones que cobrem pensions tan petites com el Sovi, no hi tenim dret. És una gran injustícia. Parlar de drets socials és una cosa fàcil, però aplicar-los de veritat és tota una altra història.
Fer visible el sincrotró
IGNASI PUIG I VENTALLÓ - Regidor de l´Ajuntament Terrassa Entre Cerdanyola i Sant Cugat, a peu de carretera, s´està fent la inversió científica més important de la història de Catalunya, el laboratori de llum de sincrotró. És una veritable llàstima que una inversió i una obra de tanta envergadura a penes estigui indicada i quasi no sigui visible per la gent que passa pel costat. Hom troba a faltar un bon rètol d´anunci i una perspectiva de l´obra. Per major desgràcia, arran de carretera hi ha un edifici, sembla que és un magatzem, que encara perjudica més la poca visibilitat de l´obra. A vegades es fa massa propaganda de coses petites i en canvi es tenen mig amagades grans infrastructures científiques, com és aquest cas del sincrotó. M´agradaria que els responsables de l´obra s´esforcessin una mica per donar-lo a conèixer a la ciutadania, que al final és qui ho paga tot.
Corbata a l´estiu
ANDREU ASPA - Subscriptor Barcelona Portar corbata a l´estiu no necessàriament fa passar calor. Com a director general d´una petita i mitjana empresa familiar amb més de 68 anys de trajectòria empresarial fent corbates, li puc dir que quan visito els nostres clients que viuen a Singapur - allà de passar calor, en saben una pila, i no només per l´estiu-, els homes van a treballar amb camisa i corbata, però sense la jaqueta. Si s´accepta el consell que donen les persones que tenen experiència, és clar que hi ha vida a l´estiu portant corbata!

LOS NUEVOS LEONES DE ESPAÑA

Pilar Rahola en La Vang del 9-07-08

Podríamos considerarlo un comodín. Al fin y al cabo, lo catalán siempre ha sido utilizado, a derecha e izquierda, para hacer política. Y no me ahorro la autocrítica: se ha utilizado a ambos lados del puente aéreo, tanto para vertebrar el discurso más rancio del españolismo, como para manejar discursos esenciales de autoconsumo que vendían bien en el mercado de los cortoplacismos. Lejos de tener la inteligencia de convertir Catalunya en el campo de juego, hemos preferido convertir el país en la pelota que nos tirábamos a la cabeza, y así, de gol en gol, nos hemos marcado todos los goles en propia puerta. Además, no seamos ingenuos. No sólo se ha tratado de ideología. Muy a menudo se ha tratado de coartada para distraer situaciones críticas o directamente líos de partido. Pero si Catalunya ha sido usada en Catalunya, para vender pescado en la pelea política, en las Españas, el uso permanente de "lo catalán" ha sido un recurso que ha dado votos, hasta el punto de que, a menudo, el discurso anticatalán ni tan sólo ha surgido de la ideología, sino de la táctica. Comodín, pues, en el sentido más descarnado y triste del término. ¿Responde al mismo fenómeno de distracción la actual y exacerbada ofensiva contra el catalán que han lanzado desde pretendidas tribunas intelectuales bien asentadas en edificios políticos? Personalmente creo que esta enésima ofensiva, que en realidad recoge el testigo de todas las que llevamos en democracia - y no son pocas-, reúne todos los elementos del fenómeno: concilia ideología con tacticismo, y todo ello suma en un nacionalismo estomacal que ha derivado en un indisimulado postautonomismo, nostálgico del concepto jacobino de España. Veamos, pues, la radiografía de la campaña de los amigos de Rosa Díez contra el catalán. Como resulta evidente que quienes la perpetran no son gente iletrada, también es evidente que su motivación no tiene nada que ver con la salud del idioma castellano, en auge en todo el mundo y con un prestigio fuera de toda duda. Tampoco tiene que ver con la preocupación por la salud del castellano en Catalunya, ya que el único idioma que está en recesión, en franca dificultad y en peligro es el catalán. Y finalmente, resulta evidente que todo ello lo saben. Por tanto, su motivación es extralingüística y, por supuesto, absolutamente ajena a la defensa de ninguna libertad. Entre otras cosas, porque si de libertad se tratara, todas estas insignes mentes deberían estar muy preocupadas por la difícil libertad que tienen los catalanohablantes para usar su idioma con normalidad en su propio territorio lingüístico. Y fuera de su territorio, ni hablamos. No. No nos vendan churras, cuando saben que están esquilando merinas. Los gestores del enésimo manifiesto contra el catalán - por cierto, la mayoría, los sospechosos habituales- usan este comodín para darle un zarpazo por la tangente al Partido Popular, ahora que este empieza a vislumbrar los ignotos paisajes del centro político. No es una casualidad que justo cuando el PP quiere rectificar su discurso más agresivo, incluyendo el central discurso anticatalán, le salgan estos levantando nuevas pasiones, a los viejos y bajos instintos. Al fin y al cabo, Rosa Díez y compañía quieren hacer política, y su bolsa de votos, por mucho que vendan pescadilla socialista, se nutre vorazmente del saco popular. Y si el PP abandona este tortuoso sendero, chamuscado por la masiva derrota en Catalunya - que fue fundamental en su derrota española-, otros están dispuestos a quedarse el botín, quizás más suculento, cuando sólo se necesitan los votos básicos para mover la cola en el Parlamento. No tengo ninguna duda de que estamos ante una ofensiva de naturaleza táctica, con el objetivo de situarse en primera fila del panorama político y usando para ello un banderín de enganche colorista, simple y abiertamente estomacal. Y si algo es estomacal en España es el catalán. Sin escrúpulos, pues, los mercaderes han salido a vender anticatalanismo, para ganar cuatro perras en el mercado de la política. Al fin y al cabo, siempre ha sido así en la historia del anticatalanismo. Sin embargo, no todo es tacticismo en esta ofensiva, porque la ideología que habita en el substrato no es menor, y necesariamente alimenta las energías para la campaña. Más allá del clásico y rancio nacionalismo español, cuyas voces menos depuradas llegan a la caricatura, este discurso es mucho más moderno y más inteligente. No es nostalgia del pasado, ni facherío clásico, sino un nuevo nacionalismo, anclado en el presente, pero convencido de que la España autonómica fue un magno error. En realidad estamos ante un postautonomismo, harto de la complejidad de un Estado autonómico, ferviente militante de lo español, y descarnadamente insensible a cualquier pluralidad cultural. Son los nuevos leones de España y la quieren salvar de ella misma. Por eso empiezan por lo catalán. ¿Por dónde, si no? Al fin y al cabo, ¿no es por Catalunya por donde se les rompe su monolítica idea de España? Nuevos leones de una vieja idea que, a lo largo de la historia, sólo nos ha aportado intolerancia, confrontación y odio. Un maldito clásico.
www.pilarrahola.com

martes, 8 de julio de 2008

BARCELONA EN EL NEW YORK TIMES

No es la primera vez que los suplementos de viaje del New York Times dedican su atención a Barcelona. La gastronomía sigue siendo la estrella.

http://www.nytimes.com/slideshow/2008/07/06/travel/0706-SPAIN_index.html

lunes, 7 de julio de 2008

PATRIA: PREJUICIOS O PUENTES

Antoni Puigverd en La Vanguardia 7-7-08
El patriotismo del PP sólo será completo el día en el que también defienda a los catalanohablantes Los prejuicios con que se defienden las lenguas poderosas en detrimento de las frágiles cambian con los tiempos. Pero persiste la misma nostalgia. La nostalgia de una supuesta uniformidad original: prebabélica. Es una nostalgia irracional, como todas, pero se presenta como necesaria y lógica. Babel es el peor castigo: conduce al desorden, a la desunión, a la incomunicación. De ese convencimiento irracional, derivan los argumentos contra las lenguas pequeñas. Son bárbaras, paganas o incultas, se decía. Subversivas, obstaculizadoras o demasiado caras, se afirma. El último argumento es económico. En el gran mercado, lo pequeño es inútil. Inevitablemente, triunfa lo fuerte. Es decir, lo útil. Que, por arte de birlibirloque, acaba siendo descrito como genuinamente democrático. Ya narré una vez cómo, en mi medio siglo de vida, he conocido diversas teorías que se oponían al uso público de mi lengua materna. En tiempos de Franco, no se trataba de una hora más o menos de catalán en la escuela: el catalán simplemente no existía en las aulas. Hasta muy avanzado el régimen no fue tolerado su uso social (y a extramuros, naturalmente, de la administración pública y de todo poder). Todavía en pleno franquismo, los jóvenes izquierdistas que dominaban las asambleas universitarias exigían que se hablara en castellano: "¡El catalán es burgués!". Ya con la democracia, el añorado (lo digo sin ironía: fue un gran político) Adolfo Suárez consideraba de buena fe que el catalán era una lengua no apta para la física nuclear. Y la gran idea que Felipe González legó a los millones de españoles humildes - la igualdad de todos los ciudadanos- no tardó en convertirse en argumento de ataque lingüístico. Y es que la igualdad fue confundida con la uniformidad: si el castellano igualaba, el catalán diferenciaba. El último argumento consta en el manifiesto de los intelectuales capitaneados por Fernando Savater: las lenguas y los territorios no tienen derechos, sino los individuos. Se trata, como vimos la semana pasada, de una visión darwinista de las lenguas. Lo explicó magníficamente en El País,la catedrática de la UAM Violeta Demonte: "Ciertamente existen lingüistas anti-ecológicos (y los hay y los ha habido en lo que se refiere al castellano) que defienden los modelos de apogeo de las grandes lenguas y juzgan inevitable la minorización de las pequeñas. Conviene decir que esos lingüistas no son mayoría entre quienes estudiamos el lenguaje humano". Ciertamente, y como no pocas veces he criticado, también son responsables del conflicto lingüístico aquellos que aspiran a una "Catalunya catalana": tan homogénea como la España eterna. Cuando el catalanismo histórico, abierto por definición, ha querido encastillarse, ha cometido dos errores. Estratégico, uno: pretender que la Catalunya compleja, ambigua y plural se amolde a un sueño de pureza que nunca existió. Táctico, el segundo: conceder oportunidades a una fuerza mil veces mayor, que nunca las desaprovecha. Si España es un rompecabezas (laberinto, estuvo de moda llamarlo), también Catalunya lo es. La realidad, ciertamente, puede ser transformada, pero la tentación de muchos no es cambiarla, sino depurarla. Deseo agradecer a la profesora Demonte su valiente y lúcida crítica del manifiesto, que hago extensiva, por la misma razón, a la profesora de origen argentino Nora Catelli y a todos los que, en la prensa de Madrid, se han atrevido a navegar contra el dominante fundamentalismo neoliberal aplicado a las lenguas. Esta vez no podemos quejarnos los partidarios de los puentes: existen. Son bastantes las personalidades castellanohablantes que han defendido el modelo de inmersión catalán: en lugar de segregar, une; y reequilibra los usos lingüísticos alterados por la inercia del mercado. Como recordaba Demonte: "los conceptos de bilingüismo oficial (…) y de normalización lingüística no pueden calificarse como atropellos: son simplemente opciones históricamente establecidas en los países avanzados". Parece imprescindible agradecer también al presidente Rodríguez Zapatero, que defendiera con diáfana claridad que otra España es posible: "No podemos entenderla de otra manera que en su diversidad". Felipe González nunca habría dado tal paso; y menos cuando tantos intelectuales se distancian del PSOE. En el congreso de Valencia, el cesante Acebes justificó su papel en el PP preguntándose retóricamente: "¿Quién defendió a los castellanohablantes?". Como si se tratara de un eco, la flamante De Cospedal afirmaba el sábado en Barcelona: "Nos partiremos la cara por el castellano". Es bueno defender los derechos de los castellanohablantes. Pero el patriotismo del PP sólo será completo el día en el que también defienda a los catalanohablantes.

domingo, 6 de julio de 2008

EL CASTELLANO AMENAZADO

Parece un chiste, pero sucedió. Fue en Puerto Rico, en 1989, en un acto político a favor de la independencia total del llamado “estado libre asociado”. Uno de los oradores, bastante exaltado, reclamó a la multitud que asumiera con hidalguía la defensa del idioma español. Y bramó: “¡No permitamos que el inglés lo invada todo! Okey?”Como quiera que el castellano no sólo es mi útil de trabajo, sino también el prisma a través del cual lo percibo todo (no hay pensamiento sin idioma), me lo tomo muy a pecho. Me gusta, lo cultivo cuanto puedo y hasta trato de mimarlo. Sin embargo, nunca habría suscrito el manifiesto en su presunta defensa que acaba de presentar un grupo de escritores, encabezados por Fernando Savater. Porque lo suyo no es un acto de defensa del castellano, sino un mero exabrupto ideológico-político.¿Está en peligro la lengua castellana? Sencillamente, no. Todos los datos que se publican sobre su estado de salud certifican que es excelente. Pero, de padecer algún problema, no sería por culpa de los avances arrolladores del catalán, el euskara, el gallego, el asturiano o el aranés.Es significativo que los firmantes del manifiesto –algunos de ellos excelsos escritores, cuya autoridad estoy lejos de negar– no hayan sentido la necesidad de denunciar, en particular, la obsesiva presencia del inglés en todos nuestros principales medios de comunicación, empezando por los machacantes anuncios de las televisiones. No tengo nada en contra de la lengua inglesa, faltaría más, pero sólo puedo interpretar como un síntoma de sumisión que para realzar las virtudes de un producto comercial resulte casi obligatorio decir de él algo en inglés y que los anglicismos se hayan convertido en España en un signo de distinción. Los emplean incluso aquellos que es obvio que no tienen ni pajolera idea de la lengua inglesa.Hagan ustedes un sencillo ejercicio: cuenten los diarios, las radios y las cadenas de TV presentes en Cataluña, en Euskadi y en Galicia que se expresan en castellano y los que lo hacen en catalán, euskera y gallego. Una vez hechas las cuentas, si quieren podemos seguir hablando de todo esto.http://www.javierortiz.net/jor/dedo/el-castellano-amenazado
de "el País", Foro sobre el Manifiesto

sábado, 5 de julio de 2008

JUICIO SEVERO POR JORDI PUJOL

Este artículo fue publicado el primero de Agosto de 2007. El hecho de publicarlo aquí, es porque guarda cierta relación a las preguntas que se hace Pilar Rahola en el artículo anterior.

Las cosas han llegado a un
punto de vergüenza. Me refiero
a la actitud que hay en
general en España respecto
a Catalunya. Y al trato que recibe.
Que define bien una muy alta personalidad
política socialista, que dice
sin sonrojarse: “Ahora, con el desastre
energético de Barcelona sumado
al de los trenes de cercanías, el Estado
podrá invertir más en Catalunya
sin provocar el rechazo y la protesta
del resto de España”. O el que dice,
pensando en las elecciones próximas,
también sin sonrojarse: “La irritación
de toda la sociedad catalana es muy
fuerte y general. Hay que hacer algo”.
Hacer algo significa, por la experiencia,
volverles a engañar: en lo político,
en lo económico, en lo social,
en lo autonómico. En todo caso, el
tiempo –no mucho tiempo– lo aclarará.
Pero lo sucedido hasta ahora y durante
años obliga a un juicio severo.
De los propios catalanes, para empezar.
Pero esto ya lo he hecho a menudo
a fondo. Ya he dicho que “los catalanes
no nos hemos gustado”. En este
sentido, tengo hechos los deberes.
Ahora no toca volverlos a hacer. Ahora
toca analizar sin concesiones lo
que se piensa, se hace y se ha hecho
en el resto de España.
La frase inicial de aquella muy alta
personalidad ya es muy clara. Viene
a decir: “Realmente el Estado no ha
invertido en Catalunya porque esto provoca rechazo
en toda España. Y hay que llegar a una
situación extrema para que esto se medio tolere”.
Hay que llegar a una situación en que el
15,5% de la población española que produce el
18,8% del PIB, que ha contribuido al progreso
general español de una manera notable, que
representa una realidad social, humana y cultural
muy importante, se encuentre en una
situación de extremo agobio para que España
acepte que deje de ser gravemente perjudicada.
Para que España acepte que se le dé un
trato justo, o algo más justo. ¿Qué clase de país
es éste? ¿Qué pasa?
Catalunya debe hacer su propia reflexión.
También sin concesiones. Ya la está haciendo.
Pero el conjunto de España –o el resto de España,
como se quiera– también. Y con mayor urgencia.
Porque el fenómeno es más grave.
¿Qué pasa? ¿Hay un resentimiento contra Catalunya?
Probablemente. ¿Por qué? ¿Hay hostilidad?
Seguramente. ¿De qué calado? ¿Cuál es
su origen? ¿Se puede superar o atenuar?
El resentimiento no es un sentimiento noble.
A la larga no se edifica nada sobre él. Fácilmente
induce al error. No merece respeto. No
confiere dignidad. Es una enfermedad que daña
a terceros, pero también a quien la padece.
Yla hostilidad suele seguir una norma: desfigurar
al contrario para mejor poderle atacar.
Con más tranquilidad moral. Por consiguiente,
no importa que Catalunya haya actuado en
términos de gran solidaridad tanto en lo económico
como en lo político. No importa.
Contra la evidencia de los hechos
y de las cifras –que si es preciso se
ocultan–, hay que presentar a Catalunya
y a los catalanes como insolidarios,
ávidos y victimistas. No importa
que Catalunya tenga una problemática
social especialmente difícil debido
a la inmigración y a la estructura de la
propia sociedad. Que se enfrente a
mayores desafíos de competitividad.
Simplemente se la presenta bajo otro
prisma, el que la hace repelente. Y
ello permite, con tranquilidad, imponer
malas condiciones en el sistema
de financiación y no hacer o retrasar
lo indecible las infraestructuras, o no
ponerlas al día.
Es un juego que es tramposo, pero
que puede durar porque son muchos
los que de él se benefician. Y pueden
hacerlo con impunidad, incluso a veces
descaro. Es lo que me decía en
cierta ocasión el presidente (socialista)
de una comunidad autónoma:
“Yo entiendo lo que usted dice sobre
la solidaridad. Pero es que la solidaridad
debe practicarse sólo con los bienes
ajenos”. Y la concurrencia –nada
catalana, por supuesto– se rio con
complacencia. Con descaro. O lo que
me dijo otro presidente (éste popular),
que, hablando del trato discriminatorio
que recibía Catalunya en el tema
de las becas universitarias, me espetó,
malhumorado por mi insistencia
y por lo irrebatible con números en la mano
de mi argumentación: “Sí, tiene usted razón.
Pero al resto ya nos va bien así”. También
con aquiescencia de la asistencia.
Si entro en más detalles voy a producir hastío.
Dejémoslo en esto: quienes se consideran
identificados con un gran país que es España
deben saber que el trato que se está dando a
Catalunya no responde a esta grandeza y no es
digno ni de orgullo ni de respeto.
De un tiempo a esta parte vengo siendo crítico
y exigente con Catalunya y con los catalanes.
Por consiguiente, conmigo mismo. Y
siempre, ya de joven, lo he sido cuando Catalunya
no ha actuado con grandeza, justicia y
magnanimidad. Y ahora lo soy porque respecto
a Catalunya he hecho mis deberes. Tengo
derecho a serlo. Pero también he hecho mis
deberes respecto a España. Nadie podrá negármelo.
Celebro poderlo afirmar con tanta
seguridad.Ypor ello, tengo derecho a ser crítico
con España. A reclamarle y exigirle que actúe
con justicia elemental, también respecto a
Catalunya.c
JORDI PUJOL, ex presidente de la Generalitat
de Catalunya
1 AGOSTO 2007
O P I N I Ó N LA VANGUARDIA 17