domingo, 11 de octubre de 2009

SOBRE EL ESTATUT

11/10/2009
EDITORIAL: El indignante retraso del Estatut

• La división, la fatiga y los recelos impiden al TC resolver el Estatut
• De la Vega segura que no le "preocupa" que se retrase más la sentencia sobre el Estatut
La información que se publica hoy en las páginas de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA indica que, posiblemente, no se cumplirá lo anunciado por la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, y la sentencia sobre el Estatut no verá la luz este mes. Incluso puede retrasarse aún más.
La primera reacción es de indignación. ¿Cómo puede ser que el recurso de inconstitucionalidad del PP no se haya resuelto en tres años? Una sentencia contra un Estatut aprobado por amplia mayoría por el Parlament de Catalunya, enmendado y aprobado luego por el Congreso y el Senado españoles y refrendado más tarde por el pueblo de Catalunya siempre sería difícil de explicar. Tres años después sería un desatino.
La segunda reacción es de verdadero estupor. Un grupo de cuatro magistrados siguen las directrices del Partido Popular, otros cuatro –más plurales– aceptan el Estatut y dos tienen reparos. Y la presidenta, que ya toleró el apartamiento injustificado de un magistrado (Pablo Pérez Tremps) no quiere ejercer su voto de calidad.
Todos los tribunales constitucionales del mundo están politizados. Es normal, no nos rasguemos las vestiduras por ello. Sin embargo, otra cosa es que la cúpula de un partido bloquee el tribunal y enrarezca tanto el clima que la presidenta tenga miedo de ejercer su prerrogativa del voto de calidad.La tercera reacción es de honda preocupación. El Tribunal Constitucional camina hacia su deslegitimación y la culpa es de la cúpula de los partidos. De los 12 magistrados, uno ha muerto y no hay consenso para el relevo. Otro fue inhabilitado sobre el Estatut de forma harto extraña. Quedan 10. Pero, de estos, cuatro están a punto de cumplir 11 años en el cargo, cuando la Constitución fija un mandato de nueve.
Es grotesco que el Tribunal Constitucional incumpla la Constitución. ¿Puede un tribunal con solo la mitad (constitucional) de sus miembros dictar sentencia sobre el Estatut? ¿No sabe la derecha que una sentencia contraria en estas condiciones fomentaría la «desafección» de Catalunya respecto del resto de España? ¿Es admisible que la renovación del Tribunal Constitucional lleve dos años de retraso? ¿Tiene sentido de Estado (español) un partido como el PP que por intereses partidistas retrasa la renovación y pone en riesgo la convivencia entre las nacionalidades y regiones que reconoce la Constitución?
Catalunya espera la sentencia, pero en este punto quizá lo mejor (para Catalunya y para España) sería forzar la renovación. Y hay maneras.


EL PERIODICO DE CATALUNYA

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